
6 de octubre del 2009, siglo XXI, todo el mundo preocupado por todo, apurados, tratan de llegar a su destino sin detenerse un segundo a pensar. En cambio el, es la antítesis de la sociedad y todos lo notan, va caminando tranquilo hacia su trabajo, pero observando a cada paso todo lo que lo rodea. El mar que golpea contra las rocas incesablemente, el ruido que estas producen, le dan paz a su raido y lastimado corazón. Se frena unos segundos y admira con asombro la inmensidad del mar y piensa, mientras mira el horizonte, cuan inmenso es el mundo y cuan pequeño es su espectro para elegir erróneamente. Sigue caminando, y al son de una melodía suave y tranquila como es la del mar, no para de pensar en su amor no correspondido, quiere saltar, olvidarse de ella y volar, transformarse en esa gaviota que ve en pleno vuelo sumergirse en el bravo mar. Camina y recuerda, pero en realidad trata de olvidar, olvidarse de sus problemas y caminar libremente. De un momento para otro, todo se nubla y las gotas que caen lenta y copiosamente, se confunden con las lagrimas que producen el vivido recuerdo de esa mujer que le rompió el corazón, no acelera su marcha, espera que la lluvia inunde su corazón y haga rebalsar la angustia que siente muy dentro de el. Completamente mojado y con su paso ya cansado de tanto andar, emprende sus últimos metros hacia su destino, todavía piensa en ella, el agua y ese mar inmenso no sana las heridas ni le da razón a los sentimientos, pero creer que a cada paso el camino se abrirá, y la lluvia parara, para dejar paso al sol y al buen tiempo que ya vendrá.............
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